Este artículo discute la cultura como una unidad de análisis dentro de la investigación en las ciencias sociales y su tratamiento
más sistemático como un modelo dinámico e idiosincrático para el desarrollo humano, modelo cuya disposición lógica de axiomas
interpretativos de “estructuras profundas” cosmológicas y ontológicas (axiomas de existencia para la organización colectiva y
su funcionamiento) configura el objetivo y la naturaleza de conductas y praxis sociales abiertas (incluyendo símbolos, lengua,
costumbres) e informa un plan general de vida que guía el comportamiento individual y las prácticas colectivas. Este enfoque
conductista permite una rica elaboración de la cultura aclarando sus fundamentos cosmológicos, ontológicos y psicológicos, y
las influencias en su naturaleza y papel en la formación, organización y funcionamiento de conglomerados humanos. Además,
ofrece un examen de las implicaciones teóricas para la estabilidad social en axiomas antitéticos de estructura profunda, los cuales
fragmentan una previa existencia social teleológica dentro de un arreglo de símbolos y rituales sociales fragmentarios lista para
la cosificación. Y, a través de ello, se propone cómo el fenómeno contemporáneo de la globalización –y el paradigma económico
neoclásico que lo sustenta—engendra un modelo de la realidad y del vivir idiosincrático basado en lo económico, modelo que no
es ni una conceptualización humana comúnmente compartida, ni un objetivo universal deseado.
Abstract: This paper discusses culture as a unit of analysis within social science inquiry, and its more systematic treatment as a
dynamic, idiosyncratic model for human development; one whose logical arrangement of interpretative “deep structural”
cosmological and ontological axioms of existence for collective organization and functioning configures the scope and nature
of overt social behaviors and praxes (including symbols, language, customs) and informs a general plan for living that guides
individual behavior and group praxes. This behavioral approach allows for a richer elaboration of culture by clarifying its
cosmological, ontological, and psychological foundations and influences on its nature and role in the formation, organization
and functioning of human aggregates. In addition, it offers an examination of the theoretical implications for social stability
of antithetical deep structural axioms that fragments an erstwhile teleological social existence into an assortment of disjointed
cultural symbols and rituals ripe for commodification. And, through it, the contemporary phenomenon of globalization
-- and the neoclassical economic paradigm that grounds it -- is found to engender an idiosyncratic, market-based model of
reality and for living that is neither a commonly shared human conceptualization nor universally desired pursuit.