Abstract:
El legendario inicialista y jardinero de las Selecciones Atlántico y Colombia vive momentos angustiosos, enfermo de obesidad mórbida. El sobrepeso lo tiene atado a un mecedor. Fue uno de los peloteros más veloces y de gran efectividad con el bate.
Un larguirucho flotando en su uniforme de beisbolista con una cara de ‘pelao’ travieso, de esos que se vuelan de las clases en el colegio, cargando un pesado bate de madera y jugando como todo un experimentado en el estadio Tomás Arrieta, así era Julio El Baby Peñaloza, el inolvidable primera base y jardinero de la Selección Atlántico y la Selección Colombia de las décadas del 60 y 70.