Abstract:
El mundo cada vez experimenta la oleada globalizadora de la información de manera más vertiginosa, invitando a cada ciudad y nación a hacer frente a sus conflictos para constituirse como escenarios representativos de las distintas manifestaciones comunicativas y culturales que existen. Barranquilla no es la excepción, siendo la ciudad más grande de la costa caribe colombiana y la entrada de la materia cultural de antaño en Colombia, es redundante hablar de la exigencia y el reto de mantenerse a la vanguardia de las distintas tendencias y expresiones culturales, transformarlas, apropiarlas e innovarlas.
Es indiscutible la importancia del séptimo arte en el mundo, cada vez con más público y escenarios de muestra; las producciones televisivas y las propuestas colombianas están cada vez ganando mayor terreno en los festivales de cine internacionales, gracias – entre otros – a las propuestas de estudiantes en formación en el campo. La presencia de propuestas en escenarios internacionales pertenecientes a estudiantes y profesionales de la región Caribe, más exactamente de Barranquilla, es bastante pobre y las justificaciones variadas; este fenómeno se evidencia irónicamente en el Festival Internacional de Cine de Cartagena que se extiende durante una semana anualmente. Dicho Festival se especializa en el cine iberoamericano y latinoamericano y paradójicamente predominan las muestras extranjeras y del interior del país colombiano.